La microflora intestinal normal representa un conjunto complejo, dinámico y diverso de microorganismos, que normalmente habitan en el tracto gastrointestinal. En condiciones normales, entre la flora y el huésped, existe un beneficio mutuo (simbiosis), donde el anfitrión aporta los nutrientes necesarios para la supervivencia de la microbiota y las últimas cumplen múltiples funciones en relación a la síntesis y absorción de determinados nutrientes. Varios estudios han recogido la interacción huésped-microbio en la etiopatología de numerosas enfermedades, y el potencial terapéutico de la manipulación a través de la dieta del microbioma.
La disbiosis intestinal, puede dar lugar a importantes implicaciones patológicas. Las bacterias comensales del intestino son esenciales para el mantenimiento de la integridad de la función de barrera de la mucosa. La alteración de la integridad anatómico-funcional de esta barrera ha sido relacionada en diversos estudios con la etiopatología de diversas enfermedades: Síndrome de Intestino Irritable, Enfermedad Inflamatoria Intestinal, Síndrome Metabólico, Obesidad y Cáncer.
En 2008, en Journal of Toxicology and Environmental Health, se publica un estudio donde los investigadores describen el impacto sobre la microbiota intestinal de ratones a los que se les administró sucralosa:
– La sucralosa reduce en un 50% las bacterias beneficiosas del intestino. Esta situación predispone a la disbiosis intestinal, condición previa a la pérdida de permeabilidad selectiva de la barrera intestinal que provocaría una activación del sistema inmune que podría cronificarse (low grade inflammation).
– Aumenta el pH en el intestino con la consecuente proliferación de la flora putrefactiva (disbiosis-leaky gut sindrome-low grade inflammation).
– Afecta las glicoproteínas; las cuales tienen efectos importantísimos en relación a la salud, especialmente si se toman ciertos medicamentos, ya que éste hecho, puede provocar una disminución del efecto terapéutico de quimioterápicos, de anti-retrovirales, y de fármacos utilizados en el abordaje de enfermedades cardíacas.
– Es absorbida por la grasa (contrario a lo que se afirmaba).
En otro artículo publicado en 2012 en World Journal of Gastroenterology, el autor afirmaba que la sucralosa puede ser un factor clave causante de la enfermedad inflamatoria intestinal, a través de la inhibición de las bacterias beneficiosas del intestino, la inhibición de la inactivación de las proteasas digestivas y sobre la digestión de la capa de moco (bacterias mucolíticas) y la barrera intestinal (las bacterias -Proteasa-moco-Barrier). Esta nueva hipótesis sugiere que la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Chron (EC) son dos síntomas de la morbilidad en sí mismos, en lugar de dos enfermedades diferentes. Que ambas son causadas por el debilitamiento de barrera del intestino y sólo se diferencian en que la UC se debe principalmente al aumento de la infiltración de las bacterias intestinales y el reclutamiento de neutrófilos resultante y formación de abscesos en la cripta, mientras que el EC se debe principalmente al aumento de la infiltración de antígenos y partículas del lumen intestinal, y el reclutamiento de macrófagos resultante y la formación de granulomas.
En los últimos años, y atendiendo al desconcierto que existe en la población frente a las asociaciones que la ciencia ha establecido entre determinados edulcorantes sintéticos (sacarina, aspartamo, etc.) y patologías graves, la Inductria de los suplementos deportivos a comenzado a utilizar sucralosa como edulcorante sintético en muchos de sus productos. En este sentido, habría que ser cauto sobre todo en deportes que vayan acompañados de una respuesta inflamatoria sistémica, como por ejemplo el triatlón.
La empresa Maxifuel, patrocinadora y proveedora oficial de suplementos de la Federación Española de Triatlón, añade sucralosa a algunos de sus suplementos [por ejemplo Viper Boost®: Maxcarb (mezcla patentada de dextrosa y maltodextrina), L-tartrato de L-carnitina, aroma, gluconato de magnesio, colorante (betacaroteno), cloruro de sodio, taurina, ácido málico, ácido cítrico, cafeína, glucuronolactona, edulcorante (sucralosa)].
Hay que leer las etiquetas y ser cautos frente al consumo de productos que contengan sucralosa. Sobre todo si se trata de productos que se consumen en cantidades importantes, debido a su frecuencia de consumo, como ocurre con los suplementos deportivos.
Autor: José Ávila.